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Los problemas de Susana Horia

Había una vez en Sonora una niña llamada Susana Horia, ella era una niña de secundaria que era muy bulleada, ya que su pelo era peli rojo y su nombre no le ayudaba, odiaba su aspecto físico y muy a menudo sus amigos se reían de ella haciéndole bromas, también sus familiares la fastidiaban  dándole zanahorias de regalo o riéndose de ella.

Un día en la secundaria se encontró con un niño llamado German Zana, que también era un niño al que lo molestaban mucho, se juntaron y empezaron a platicar acerca de sus situaciones, vieron que tenían muchas similitudes y se hicieron grandes amigos.

Por fin Susana Horia tenía un amigo que no se burlara de ella, sin embargo cuando estaban juntos recibían el doble de burlas, entonces Susana se cansó y le dijo a German que debían hacer algo al respecto, German le dijo a Susana que sería buena idea hablar con el director.

Al día siguiente Susana Horia y German Zana fueron con el director y le comentaron su situación, el director con una sonrisa en el rostro les dijo que hablaría con los estudiantes, sin embargo no hizo nada. Entonces German y Susana enfadados buscar otra solución.

German y Susana decidieron ir con un psicólogo para ver que podían hacer para poder manejar mejor su situación y sus emociones. El psicólogo al ver su situación les dijo que la mejor manera para resolver la situación es auto aceptándose. Susana le dijo que como podía auto aceptarse, que su aspecto físico no era favorable, que mínimo German tenía un aspecto que le ayudaba.  El psicólogo les contó a los dos  que no importa como sean, que valorarán mucho su aspecto físico, ya que hay casos peores, en los que las personas llegan a tener aspectos más feos, tienen alguna deformación o les falta una parte de su cuerpo. El psicólogo les contó que tiene un amigo con el que podían ir, su nombre era esteban dido, quien había perdido el brazo tras un disparo y las personas le decían que ya no iba a hacer nada de su vida, por su perdida. Sin embargo logró salir adelante y el psicólogo les recomendó ir para que les contara su experiencia.

Susana Horia y German Zana sin pensarlo fueron con él, al llegar al lugar donde vivía quedaron impresionados, ya que era un lugar muy elegante, que se encontraba en las mejores zonas culturales de la ciudad, donde se realizaban varios eventos culturales, como la danza del venado, Cuando se abrió la puerta salió un señor de estatura normal con bigote y claro, sin un brazo, al verlos les preguntó amablemente que qué se les ofrecía, Susana Horia y German les contaron su situación y que el psicólogo con el que fueron les había recomendado venir con él. Esteban dido muy amablemente los dejó entrar y se sentaron, Esteban le dijo a Susana y a German que no debían de estar así, que el no auto aceptarse no los llevaría a ningún lado, al contrario, les atraería más problemas, también les dijo que no tomaran en cuenta lo que los demás hablaran de ellos, que solamente son barreras que te impiden seguir adelante, de echo les garantizo que si no les hacen caso y se concentran en sus asuntos los dejarán de fastidiar. Esteban les dijo que todas estas cosas deberían hacer, que no era fácil a lo mejor, pero que poco a poco lograrían progresos. Por ultimo Esteban Dido les hablo un poco de su historia, de cómo había sido rechazado en varios lugares para trabajar, pero que las ganas de salir adelante le abrieron las puertas.

Después de haber estado con Esteban Dido, Susana Horia y German Zana salieron con muchas esperanzas y ganas de salir adelante, al llegar de nuevo a la escuela, pensaban únicamente en lo que Esteban Dido les había contado y lograron ganarse el respeto de sus compañeros.

FIN

 

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