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Perdido en Sonora

Querido lector, tal vez tú no me conoces pero yo a ti sí; sé cómo te llamas, dónde vives, que te gusta hacer, se tus horarios. Pero no tienes de que preocuparte no pienso hacerte daño; al menos no ahora. ¿Quieres saber qué hago aquí? He decidido gastar un poco de mi valioso tiempo en ti al contarte una historia. Podrá ser un poco extraña y algo confusa pero estoy seguro que la amaras, aunque si prefieres te podría contar una de mis historias más macabras llenas de sangre y dolor pero dudo que tu pequeño cerebro pueda con esa clase de cosas, jamás lo entenderías es algo que va más allá del comprendimiento humano.

                                        

Supongo que es necesario que me presente si quiero que comprendas esta historia. Iniciemos por lo básico; Mi nombre es “M” sólo “M” ¿Entendido?, tengo el cabello marrón y los ojos negros como la noche, sufro desorden de personalidades múltiples, amo el misterio y el suculento sabor de la sangre. Ya he dicho demasiado, por tu propio bien dejare de hablar de mi, ya que si te cuento algo más tendría que matarte. Y lamentablemente me comienzas a agradar así que no disfrutaría tu muerte; por lo tanto desmembrar cada parte de tu cuerpo con mis propios dientes sólo sería una gran perdida de tu tiempo.

 

Ya perdí bastante tiempo hablándote de mi; asi que comenzare a contarte mi historia, no te atrevas a interrumpirme.  Había salido en una aventura al mundo mortal, divaga entre las sombras y jugaba con los corazones de esas pobres bestias a las que se les conoce como seres humanos. En mi camino de regreso a casa algo sorprendente ocurrió un sujeto con capucha negra salió de las sombras y me inyecto una sustancia rojiza en mi brazo que me hizo quedarme dormido, me sentí tan impotente, tan miserable, tan débil, tan humano; fue horrible.

 

Cuando desperté estaba en medio de lo que parecía ser un desierto; y me encontraba solo y perdido. También me di cuenta que mis pantalones negros y chamarra negra habían sido remplazadas por una clase de camisa floja y lisa, llena de colores vivos. Y algo que parece unos pantalones flojos de una tela muy suave, y un hermoso collar hecho de huesos, semillas, conchas y con algunas calaveras talladas en madera. Que asco me da esta ropa, odio los colores, me hacen sentir tan vivo, tan mundano, tan humano; preferiría mi típica vestimenta color negro que mantiene el misterio y me permite mezclarme con las sombras.

 

“¡Hey tu!” Me gritó una voz masculina. “¿Qué haces en mis tierras?”

 

¿Quién se cree que es este simple humano como para hablarme como si fuera un cualquiera? “Yo soy “M”. Hazme un favor y lárgate de mi vista viejo testarudo.”

 

“¿Quién te crees para gritarme, insecto malcriado?” Ya me hartó ese viejo, y aunque quisiera acabar con él en ese momento y matarlo a sangre fría no lo hare ya que necesito usarlo para encontrar la civilización.

 

“Soy todo y nada, soy vida y muerte, yo soy tu peor pesadilla.” Dije con una maliciosa sonrisa en mi rostro. “Guíame a tu aldea y a cambio perdonare tu vida simple mortal.”

 

“Yo no recibo ordenes de nadie, insecto.” No quería matarlo pero su insolencia e ignorancia me están forzando a liberar a Jack, y estoy seguro que Jack no será amable, Jack nunca es amable, Jack es un maniaco.

 

‘Matémoslo, no nos ayudara, no nos sirve, su muerte nos alegrara, beberemos su sangre, nos calamara y nos ayudara a pensar claramente’ Jack me susurro.

 

‘No, no eso sería demasiado fácil, mejor juguemos con su mente, hay que forzarlo a que nos guíe.”  Liza respondió.

 

‘Basta, eso es cruel. Hay que ser amables con el señor eso seguro le hará cambiar de opinión.’ S les dijo.

‘Cállense los 3 no me dejan pensar.’ M le gritó a sus tres personalidades.

 

“Hagamos un trato campesino, me llevas a tu pueblo y a cambio te deberé un favor.” Dije mientras veía el extraño ambiente que me rodeaba, pude observar unas misteriosas plantas color verde con espinas, la presencia de un pasto seco, entre otras plantas que parecían muertas; por otro lado pude observar algunos animales como lagartijas, escarabajos, serpientes y un pájaro carroñero sobrevolándonos.

 

“¿Qué me garantiza que cumplas tu promesa?” Me dice , que ingenuo cree que cumpliré mi parte del trato, lo dejare creer eso y cuando no lo necesite lo matare.

 

“M nunca rompe una promesa, en M puedes confiar.” Le digo, y aparentemente me creyó ya que comenzó a caminar hacia lo que parecía ser un lago. Mientras caminaba pude ver que su vestimenta era miliar a la mía, la única diferencia es que el no tenía un hermoso collar, que los colores de su playera eran pálidos y que a diferencia de mi el portaba un sombrero.

 

“¿No vas a venir?” Me grita, y comienzo a correr en su dirección.

 

Caminamos en silencio por horas, haciendo una parada en el lago que habíamos visto, y es tan hermoso y paradójico ya que no debería haber un algo en medio del desierto, pero algo me dice que tiene que ver con la magia del Bosque Surrealista. ¿Dónde me quede? A sí, como estaba diciendo después de caminar por horas llegamos a un pequeño pueblo donde comí una “chimichanga” no estoy seguro de que estaba hecho pero estaba delicioso.

 

“He cumplido mi parte del trato insecto.” Me dice el viejo irreverente mientras caminamos hacía lo que parece un cultivo, antes de que pueda decir algo más uso mi sombría daga para cortarle la garganta; como había dicho antes él ya no me sirve, y solo se convertiría en un estorbo.

 

Comienzo a caminar hacia el cultivo, con un poco de magia será perfecto, con un poco de magia podre abrir una puerta al Bosque Surrealista, mi hogar. Y una vez ahí me vengare de todos los que me hicieron daño, de todos los que me habían traicionado, especialmente del que se atrevió a dejarme en medio del desierto, del que me hizo sentir humano, del que me recordó mi humano pasado.  Cuida tú espalda querido lector porque tal vez estés en mi lista negra. 

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